Alexiis, 1 de diciembre, 2009
Amados Maestros, es cosa de no creer, son las seis y cuarto de la tarde, estoy hablando con otro trabajador de la luz de otra ciudad y me suena el campanilleo. Lógicamente interrumpí la charla y aquí me presento para ver quién viene ahora para charlar conmigo, quedo esperando. . . .
Sí Alexiis, tienes razón, percibes bien, soy el Arcángel Rafael, parece que es la orden del día el que vengamos los arcángeles, ¿no cierto? Bueno no es la primera vez que entro en contacto contigo y va a ser mucho menos la última vez.
Sé de todo el problema físico tuyo porque reconozco que pides todas las noches ir a mi templo para la sanación de tus cuatro cuerpos y todo eso lo tengo aceptado.
Lo que vos como ser humano y como Alexiis, la maestra, tienes que aceptar es que no te debes dejar abatir por cosas que no son de una importancia fundamental. He estado escuchando en parte tu charla, tu relato de lo que pasa, sí, es cierto, te pasa una cosa tras de otra, pero lo que vos tanto como todos los humanos tienen que aprender es a darle a cada cosa, a cada problema, su valoración real.
Cuando es un problema de vida o muerte, sí, acepto perfectamente que se alteren, pero se alteran por – como ustedes lo llaman – pavadas, se alteran por cosas pequeñas, y eso es lo que una maestra como Alexiis no se puede permitir el lujo. No te puedes permitir el lujo de preocuparte o de que te haga mal porque tienes una pérdida de agua. Sí reconozco que es fulero que el domingo te lo hayan arreglado y el lunes y martes te aparezca esto. Es otro gasto financiero, también lo reconozco.
Pero tienes que ponerte por encima de esas cosas, ya estás dejando la tercera dimensión, estás en dimensiones mucho más elevadas y sabes perfectamente que el desapego de esas cosas es necesario. No te estoy enseñando nada nuevo, porque vos lo sabes perfectamente. Has conseguido y has hecho un gran trabajo al desapegarte de las cosas que representaban la vida con tu marido, todo eso lo reconozco, también reconozco, ojo, que físicamente estás vapuleada y cuando estás así, sí le das mayor importancia a cada cosa.
Alexiis, querida amiga y compañera de hace eones, influye en Anita, no puede ser que estas cosas le hagan mal, no puede ser que un ser humano tan evolucionado se preocupe porque tiene agua en el piso. Yo sé que físicamente no puedes agacharte y levantarla, bueno se quedará ahí hasta que venga alguien que lo pueda hacer.
Pero por otro lado disfruta más de tu entorno, no te dejes decaer en un estado de desánimo y en este momento estás en esa vía. Yo sé que desde que empezaste con la limpieza de tu hogar, has tenido altísimos problemas de presión que a otro ser humano los hubieran volteado y dejado de cama. Los enfrentas y los superas, pero tienes que superar todavía esa parte tuya que se preocupa por cosas que ‘bueno, son así y son así’, pero tienes tantas otras bendiciones, tienes tantas otras bendiciones en saber si haces un llamado, ahí estamos.
¿Cuántos humanos son capaces de hacerlo?, ¿cuántos humanos son capaces de tener contacto con nosotros al instante?, y de saber, porque en el fondo lo sabes, que nada de eso es fundamental. Es fundamental, sí, el trabajo que estás haciendo, la ayuda que estás brindando a otros humanos, eso sí es fundamental y cuando ahí te enfadas por algo lo entiendo y hasta lo apoyo, pero el enfado ese tiene que convertirse en algo que traiga una mejora, que encamine las cosas hacia la luz de nuevo y no que se profundice más y más hacia la parte oscura.
Querida amiga esto no es ni un lavado de cabeza ni un reto, nada por el estilo, es un llamado a todos los humanos ‘traten de darle a cada cosa el valor que le corresponde’ y fíjense cuántos enojos se pueden evitar si simplemente se dan cuenta que no vale la pena enojarse.
Tuve que venir en este momento porque he escuchado todo lo que se ha hablado, y no puede ser, valora la bendición que tienes y ahora te vienen a ver (alguien tocando el timbre que no era para mí) bueno yo ya he dicho lo que vine a decir y me despido de ustedes con todo mi amor, Yo Soy el ARCÁNGEL RAFAEL.
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