Sois seres de luz en proceso de ascensión. No debéis olvidarlo. Seres de luz que, encarnados en un cuerpo de hombre o de mujer, caminan en pos de una misión. Forma parte de esa misión alcanzar el entendimiento. De ahí que se hable de traer el cielo a la Tierra. Traer el entendimiento al cuerpo y a la mente. Trascender la materia y ser capaces de vivir con una visión más amplia de sí mismos y del todo. Ésa es la gran misión que os une a todos como especie en este momento de vuestra historia.
De cada proceso individual depende el resultado del proceso global. Si sois capaces de desarrollar vuestras auténticas personalidades, si vencéis vuestros miedos y no os dejáis llevar por el orgullo o por el odio, el camino hacia vuestra misión individual se os presentará despejado. En caso contrario tendréis que enfrentaros a un sinfín de pruebas y obstáculos que se os antojarán interminables.
No hay nadie imprescindible, pero cada uno contribuye especialmente al cambio de todos.
No consideréis que, por ser uno solo, vuestros actos no cuentan o no tienen fuerza suficiente. Será la suma de vuestros actos individuales la que defina el futuro de la humanidad en vuestro planeta. Será el total, y el total se compone de cada uno.
No despreciéis la fuerza de vuestros actos. Todos cuentan. Todos contáis. Recordad que el ser humano es una animal pensante y que en vuestras cabezas guardáis la llave de muchas soluciones. Vuestras mentes no son inútiles. Son uno más de los instrumentos con los que estáis dotados para desenvolveros en vuestras vidas con soltura. Utilizadlas para lo que sea necesario.
Es cierto que no debéis otorgarle el control a la mente si no queréis avanzar desconectados de vuestro origen, pero también es cierto que la mente, bien empleada, puede ser de gran utilidad, convertirse en vuestra aliada.
Usad vuestras mentes para idear un mundo mejor, una especie más armoniosa, más respetuosa consigo misma y con el planeta en el que vive. Inventad el modo de hacerlo mejor. Cread el futuro en el que queréis vivir vosotros y vuestros hijos.
No desperdiciéis las hermosas cualidades de vuestras mentes creyendo que tenéis que desactivarlas para vivir en paz. Tenéis que emplearlas en el trabajo que les corresponde, sin cederles el control de vosotros mismos. Las decisiones las tomáis vosotros desde el corazón. La mente las ejecuta y encuentra el modo de llevarlas a la práctica. Permitid ese tándem en vuestro interior. Corazón y mente unidos en un mismo propósito.
Bajo esta premisa, nada ni nadie os podrá detener. Ni siquiera vosotros mismos. No albergaréis dudas, porque las dudas proceden de la mente y, al ser ella vuestra aliada, no intentará boicotear ninguno de vuestros proyectos.
Corazón y mente. Alma y razón. Dualidad en equilibrio.
Otorgaos a vosotros mismos el poder de ser uno con el universo convirtiéndoos primero en uno en vuestro interior.
Canalizado por Alicia Sánchez Montalbán,
el 18 del 11 de 2009.
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